¿Por qué quiero ser arquitecta?

Podría decir que decidir qué estudiar es una de las decisiones más importantes que uno puede tomar en la vida, y por lo tanto es una de las más difíciles. Sin embargo querer estudiar arquitectura fue algo que yo siempre supe desde muy pequeña.  

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Esto se debió a que mi personalidad y forma de ser estaban muy ligadas a esta carrera. Siempre me consideré alguien bastante creativa, espontánea y con curiosidad a lo nuevo. Desde que tengo uso de razón siempre estuve muy metida en el arte y en todos sus tipos de expresión, en cómo se relaciona la ciudad con la naturaleza y sobretodo me fascinaba la idea de poder generar un cambio que tenga impacto no solamente en los usuarios sino también en la naturaleza.

Por otro lado, también se debió a ciertas metas personales que yo me planteé. Como arquitecta mi meta principal es hacer un cambio. Un cambio tanto en la ciudad como en la vida de cada uno de los usuarios que lo habitan. Mi objetivo prácticamente es velar por ellos y diseñar algo de manera sostenible que pueda hacer que ellos se sientan a gusto con su entorno como todo un conjunto, algo que siento que ha pasado  a un segundo plano en estos últimos años.